- La pérdida por suicidio afecta a muchos adolescentes e incrementa su riesgo de suicidio: 1 de cada 5 adolescentes conoce a alguien que murió por suicidio y aquellos que ya enfrentan dificultades de salud mental son especialmente vulnerables.
- El dolor después de perder a alguien por un suicidio puede ser intenso, complicado y duradero; puede volver a aparecer con el tiempo.
- Los adultos pueden ayudar ofreciendo espacio para emociones intensas y enfocándose en la esperanza. Recuérdales que el suicidio nunca es su culpa.
- Ayudarle a ver la salud mental de manera positiva con tu ejemplo y conectar con otros que hayan vivido una pérdida por suicidio puede reducir el estigma y ayudar a los adolescentes a sentirse menos solos. Buscar ayuda profesional puede brindar un apoyo adicional.
Cómo detectar señales de advertencia de suicidio en estudiantes y qué hacer
Resumen Del Artículo
- Las señales de advertencia de suicidio incluyen cambios en el comportamiento (como aislarse de los demás), en el estado de ánimo (que puede incluir irritabilidad o enojo) o un bajo rendimiento académico.
- Pon atención a lo que dicen los estudiantes, cómo se relacionan con sus compañeros y escucha si hay expresiones de desesperanza o referencias a la muerte.
- Si notas señales de advertencia, inicia conversaciones abiertas, brinda apoyo al estudiante y busca ayuda de profesionales de salud mental o del personal escolar.
Pasas horas con los estudiantes cada día. Te importan. A medida que los niños comparten lo que ocurre en sus vidas, ¿sabes qué señales pueden indicar que un estudiante está teniendo pensamientos suicidas?
¿A qué debo estar atento?
A veces un estudiante expresará directamente pensamientos de querer morir o hacerse daño. Otras veces puede publicar en redes sociales algo que sugiera que ya no quiere seguir viviendo.
Escucha si dicen cosas como:
• Hablar sobre la muerte, morir o acabar con su vida.
• Sentirse que no valen nada o como una carga para los demás.
• Despedirse de amigos o seres queridos.
Observa si muestran conductas como:
• Investigar sobre el suicidio o métodos para acabar con la vida.
• Regalar pertenencias valiosas.
• Cambios importantes en el comportamiento (por ejemplo: ¿se han aislado de sus amigos habituales?, ¿se ven más cansados o distraídos de lo normal?, ¿muestran de repente agresividad o discusiones frecuentes?)
• Cambios importantes en la manera de pensar (por ejemplo: ¿son mucho más negativos acerca de sí mismos o de su futuro?, ¿parece que tienen dificultad para pensar con claridad?, ¿sienten que su situación es desesperada o que nunca mejorará?)
• Conductas de riesgo inusuales que podrían ponerlos en peligro.
¿Qué debo hacer?
Si notas estas señales en un estudiante, habla directamente con él. Podrías suponer que otros miembros del personal escolar, como los consejeros académicos, detectarán estas señales, pero a veces tú eres la única persona que ve estos aspectos de la vida de un estudiante. Te sugerimos los siguientes enfoques:
- “He notado que últimamente estás ‘haciendo/diciendo X’ (conducta o palabras) y eso parece diferente en ti. Me importas y quiero asegurarme de que estés bien. ¿Puedes contarme cómo van las cosas en este momento?”
Si observaste alguna de las señales de advertencia mencionadas arriba, deberías preguntar de manera directa:
- “Porque me importas, necesito hacerte una pregunta un poco personal. ¿Has pensado en acabar con tu vida?” o “¿Has tenido pensamientos suicidas?”
Puede sentirse incómodo hacer una pregunta tan directa, así que quizá quieras practicarla un par de veces antes de hablar con el estudiante. Pero si le preguntas a un estudiante que ya ha estado pensando en acabar con su vida si alguna vez ha pensado en el suicidio, no lo sorprenderá, porque ese pensamiento ya ha estado en su mente.
Con frecuencia, para alguien que lucha con pensamientos suicidas es un alivio tener un adulto de confianza dispuesto a hablar sobre lo que siente. Puede ser especialmente alentador si ese adulto deja claro que le importa el bienestar del estudiante y que quiere ayudarlo a obtener el apoyo que necesita.
Tienen pensamientos suicidas, ¿cómo puedo ayudar?
Debes estar presente, validar sus emociones —sean las que sean— y luego escuchar:
Estar presente:
• Respira profundo.
• Reconoce tu propia incomodidad (¡es normal que esto sea difícil!).
• Trata de mantener la calma.
• Recuerda que tu papel es brindar apoyo, no resolver todo de inmediato.
Validar emociones difíciles:
• Reconoce que están sufriendo.
• Haz preguntas sobre lo que está pasando.
• Infunde esperanza. Recuérdales que existe apoyo y que hay formas de hacer que esta crisis dure poco.
- Hazles saber que tú, y otros adultos de confianza en su vida, estarán ahí para apoyarlos y ayudarlos a navegar estos momentos difíciles.
Escuchar con intención:
• Permite que compartan lo más posible sin interrumpir.
• No discutas con sus sentimientos o pensamientos.
• Evita ofrecer soluciones rápidas a sus problemas (buscar un “arreglo” inmediato puede hacer que se sientan invalidados).
Escuche con intención:
Cuando hables con tu estudiante, no prometas que mantendrás en secreto sus pensamientos suicidas. Hazle saber que buscar apoyo significa que tendrás que informar a otras personas. Luego sigue las pautas que tu escuela tenga para notificar a los padres y a la administración. Finalmente, recuerda siempre consultar con tus colegas. Este trabajo difícil no es para hacerlo solo.
Recursos
Es recomendable tener guardada en tu teléfono la línea de prevención del suicidio o los recursos locales de urgencias en salud mental, en caso de que los necesites.
Si tú o tu hijo necesitan ayuda por tener pensamientos suicidas, llama, envía un mensaje de texto o chatea con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis al 988, o envía la palabra “AYUDA” al 741-741 al Crisis Text Line. Si existe un riesgo inmediato o es una emergencia, llama al 911 o acude a la sala de emergencias más cercana.